La periodista Isabel Andino, de la Revista Misión, ha visitado el noviciado de los Legionarios de Cristo en Madrid. El P. José Félix Medina, L.C., rector y maestro de novicios, explica en este artículo cómo es la vida de estos jóvenes que “reciben durante dos años una formación integral –física, humana, intelectual y espiritual–, mientras disciernen su vocación”, y cuya nota central, tal y como señala la periodista, “es su amor a Cristo, su deseo profundo de seguirle y una alegría que contagia”. Entra en este link para leer el artículo on line, y aquí para suscribirte a Misión, que es la revista de suscripción gratuita más leída por las familias católicas de España.
Una vocación de PUERTAS ABIERTAS
Por Isabel Andino : Revista Misión
¿Cómo es el día a día de un joven que quiere ser cura? Nos colamos en el seminario de la congregación de los Legionarios de Cristo, donde los novicios reciben durante dos años una formación integral –física, humana, intelectual y espiritual–, mientras disciernen su vocación. La nota central es su amor a Cristo, su deseo profundo de seguirle y una alegría que contagia.
Así viven los novicios
Cruzamos la puerta de la antigua casa de ejercicios espirituales de los Legionarios de Cristo en Madrid, que desde el pasado mayo alberga su seminario mayor. Nos recibe el padre José Félix Medina, instructor del seminario. En esta casa, situada en el corazón de la Sierra madrileña, en plena natura-leza, se respira serenidad. Pero es sobre todo la cercanía con que nos acogen la que nos hace sentirnos como en casa. Los seminaristas nos invitan a adentrarnos en su vida. Nos cuentan que empiezan y terminan el día orando, y entre una actividad y otra, dedican tiempo a hacer un poco de todo: estudios de cristología, espiritualidad, latín griego, ejercicio físico, adoración, Ángelus, gregoriano, convivencia, tiempo libre… “Y hay días extraordinarios: los jueves hacemos un partido de fútbol; los sábados salimos a la montaña a hacer senderismo…”, explica el padre Medina.
“VENID y veréis”
Con este lema, el seminario mayor de los Legionarios de Cristo invita a todos a conocer la alegría y naturalidad con que se vive allí. “Nuestro seminario está abierto para recibir visitas de personas, familias o grupos. Si alguno ve que esta es su vocación, que se quede; y si no, que en el lugar donde está irradie la espiritualidad del Reino de Cristo: que ore, predique y difunda su luz”, explica el padre Medina.
Nutrir la vocación
Algunas vocaciones que llegan a los seminarios de los Legionarios de Cristo se gestan en los colegios de la congregación, “pero hay chicos que vienen después de habernos encontrado por Internet o gracias a algún sacerdote nuestro al que han conocido”, comenta el padre Medina, quien asegura que la vocación se gesta siempre en el seno de la familia,“y por eso es importante que en las familias cristianas se viva y se trasmita la fe”. Para todos los chicos que han visitado el seminario y siguen pensando que quizás el Señor les llama a dar su vida por Él y quedarse, cada verano organizan un candidatado. “Es un periodo de dos meses en el que, viviendo aquí, disciernen en conciencia si entran o no al noviciado en septiembre”. Al seminario también acuden familias a rezar por las nuevas vocaciones: “Hay una sana preocupación por la escasez de vocaciones, pero sin alarmismos. Vivimos un momento de secularización, pero no hay que perder la esperanza, sino redoblar el esfuerzo, la oración y el sacrificio”
José Félix Medina, instructor del seminario, explica que cuando los seminaristas se ordenan, viven en comunidades de 10 o 15 religiosos en los distintos países donde tienen presencia.
Los novicios combinan la formación física, intelectual, humana y espiritual, para adquirir una formación integral.
Los Legionarios de Cristo hacen especial hincapié en la unidad entre seminaristas de diversas procedencias, ya que todos forman parte de una misma congregación, cuyo carisma militante está basado en la disciplina, el esfuerzo y el trabajo.
Tienen su propio hábito y normas muy concretas para vivir sus votos de pobreza, castidad y obediencia. Los últimos años de formación se cursan en Roma. Y cuando se ordenan, estos sacerdotes se dedican a atender los colegios y centros de la federación Regnum Christi, y a atender distintos apostolados.