El H. Armando Rojas ha llegado este curso al noviciado de los Legionarios de Cristo en Madrid. Nació en Puebla, México, tiene 27 años y está licenciado en Negocios Internacionales en la Universidad Anáhuac de México. Este novicio, al que le apasiona el fútbol y sabe tocar el bajo, nos cuenta que “lo que más me atrajo de los Legionarios fue el amor a Cristo, su forma de celebrar misa y ese esfuerzo diario por llevar el amor de Dios a los demás con su testimonio de vida y en las obras que realizan, siempre pensando cómo llegar más lejos y ayudar a más personas”. A continuación puedes leer la entrevista y no dejes de rezar por los novicios y las vocaciones.
Hermano, ¿cómo conoció Usted el Regnum Christi y a la congregación de los Legionarios de Cristo?
Yo conocí al Regnum Christi en la Universidad Anáhuac. Empezando la carrera me lo presentaron, pero fue hasta que me gradué que lo conocí realmente. Fue ya como antiguo alumno que decidí empezar a hacer apostolado y en ese momento me quedé enganchado por el espíritu que tiene el Regnum Christi.
Lo que más me atrajo fue el amor a Cristo, su forma de celebrar misa y ese esfuerzo diario por llevar el amor de Dios a los demás con su testimonio de vida y en las obras que realizan, siempre pensando cómo llegar más lejos y ayudar a más personas.
¿Qué pensó cuando le dieron como destino el noviciado en España?
Me emocioné y también me sentí un poco nervioso. Como ya conocía un poco la cultura sabía que iba a ser todo un reto, pero que era parte del plan de Dios y que me iba a ayudar mucho en mi formación, y vaya sí tenía razón. En mi corta estancia en el noviciado de Madrid he vivido momentos increíbles, la comida me encanta, estoy muy feliz y cada día conozco a Dios, su amor por mí y por todos.
¿Qué sintió cuando le dijo a Dios que “sí, cuenta conmigo”?
En el momento que le dije que “sí”, muchas cosas llegaron a mi mente, sentí paz, pero a la vez nunca estás completamente seguro, ¿sabes? Luego cuando vas avanzando, a veces, te entran dudas y hasta tú en ocasiones quieres convencerte de que Dios no te llama y que no es por ahí. Pero en lo profundo de mi corazón sabía que por lo menos tenía que darle la oportunidad a Dios e ir avanzando de la mano con Él y escuchando a las personas que había puesto en mi camino.
Muchas veces esperamos grandes señales para dar ese paso, pero Dios se vale de cosas sencillas, de algo que escuchas o ves y sientes que por dentro algo se mueve, y Dios te ayuda a través de estas personas para irte guiando para hacer su voluntad y que seas la persona más feliz del mundo siendo lo que Él pensó que serías desde la eternidad.
¿Hay que renovar todos los días ese “sí”?
Lo que más me gusta es la oración. Creó que el noviciado es como vivir con Cristo en Nazaret durante esos 30 años que estuvo oculto. Es crecer con Jesús, aprender de María y contemplar con José el misterio que sobrepasa nuestro entendimiento. Lo que más me cuestan son cierto momentos en que la rutina parece que va apagando el espíritu, por eso creo que es tan importante recordar que cada acción de tu día importa, vivir cada momento ordinario de manera extraordinaria por amor a Jesús y teniendo presente ese sueño de ser santo en cada momento de mi día, por más pequeño o repetitivo que parezca, es en esa actividad que ya me canso donde estoy siendo santo y es ahí donde estoy mostrándole mi amor a Jesús diciéndole “aquí estoy Señor para hacer tu voluntad, donde me quieras y en lo que tú quieras”.
¿Cómo ve el futuro de la congregación después de este periodo de renovación que ha vivido?
Creo que es un gran momento para la congregación. A mí en lo personal me gusta ver ese espíritu que arde de querer propagar el Reino de Cristo en el mundo. Conozco a varios sacerdotes y puedo ver cómo arde el amor de Jesús en sus corazones, tienen un espíritu de lucha que te inspira a siempre seguir adelante y a darlo todo por Cristo.
Hay muchos retos en el mundo que vivimos, pero después de estos años que se han vivido veo con mucha esperanza el futuro de la congregación, veo un gran deseo de santidad, de transformar el mundo a través del testimonio de vida y de llevar el amor de Jesús a todo el mundo, para que cada persona pueda experimentarlo profundamente en sus corazones.
¿Me recomienda una canción que esté vinculada con su llamada vocacional?
“No Greater Love”, del Fr. Rob Galea es la primera que me viene a la mente, pero hay muchas otras que también podría mencionar.